No olvidemos que las compañías eléctricas tratan de maximizar sus beneficios. Por ello de una manera generalizada dichas compañías nos aplican tarifas poco ajustadas a nuestra situación, todo ello enmascarado por complejos sistemas de facturación.
Es posible que alguno de los consejos a continuación no sea aplicable en tu caso, pero la gran mayoría de consumidores españoles no aplican estas medidas, y es probable que sea tu caso. Con sólo seguir estos consejos, puedes reducir tu recibo de luz sin tener que cambiar tu modo de vida.
1. Pásate a la tarifa PVPC
La tarifa PVPC es lo mismo que la “tarifa regulada”. Hay dos opciones, o la tarifa regulada o mercado libre. La tarifa regulada es la que mejor resulta económicamente. Para comprobar qué tarifa se te está aplicando sólo tienes que observar la parte superior izquierda de tu factura. Si pone “comercializador de referencia”, ya cuentas con la tarifa regulada, si por el contrario sólo pone el nombre de una compañía eléctrica, estás en el mercado libre.
Es posible que nunca hayas contratado esta tarifa o no hayas sido consciente de ello. Habitualmente los vendedores de estos productos explican que resulta más barato con datos engañosos, pero lo cierto es que como su nombre indica se trata de un mercado libre no regulado, donde estamos expuestos a mayores variaciones en precios e incluso a la aplicación de otros servicios no contratados. Normalmente aplican una oferta inicial para después subir los precios paulatinamente.
2. Pásate a la discriminación horaria
La discriminación horaria consiste en elegir una tarificación donde obtenemos más barata la energía consumida en ciertas horas. En concreto el periodo más barato en esta modalidad va desde las 22h hasta las 12h del día siguiente en invierno y en verano desde las 23h hasta las 12h. En la gran mayoría de los casos resulta más económica la tarifa con discriminación horaria. La plancha de cocinar, el horno, las lavadoras, etc. no es raro que se utilicen más en ese horario. Para saber cuál es tu contratación actual, debes mirar en tu factura donde dice “Peaje de acceso” o “tarifa de acceso”. Si pone 2.0A significa que no tienes discriminación horaria contratada, si pone 2.0DHA ya cuentas con discriminación horaria. Con la utilización de temporizadores o programadores puedes llegar a optimizar más este tipo de tarifa. Hoy en día existen neveras que se pueden programar para enfriar más durante la noche.
3. Ajusta la potencia contratada
Este es el consejo más difícil de seguir porque si nos pasamos bajando la potencia podemos tener problemas para encender varios aparatos eléctricos a la vez. Lo cierto es que normalmente todos tenemos más potencia contratada que la que realmente necesitamos. Lo normal es que ningún hogar necesite más de 10kW de potencia e incluso podríamos decir que tampoco más de 5kW, aunque todo depende de qué aparatos eléctricos tengamos en nuestro hogar, y de si los utilizamos al mismo tiempo.
4. No desistas, tú puedes
Estos pasos pueden parecer sencillos, pero no lo son. La persona que nos atenderá al teléfono pertenece a una comercializadora, y su cambias a tarifa PVPC, lo más probable es que dejes de ser cliente de esa comercializadora. Pasarás a ser cliente de la empresa comercializadora asignada en tu zona. Por ejemplo es posible que tu comercializadora sea Endesa, y pases a Iberdrola. Por tanto tu llamada telefónica no será del agrado de la comercializadora y es posible que tengas que insistir. Normalmente te darán un número de expediente que debes apuntar para poder insistir en caso de que se vaya retrasando el cambio de tarifa.
Si ya tienes claro qué tarifa necesitas, recuerda que para cualquier reparación o instalación eléctrica contamos con electricistas para atenderte las 24 horas. Contamos con profesionales contrastados de confianza, y todas nuestras reparaciones e instalaciones cuentan con un mínimo de 12 meses de garantía. Puedes llamarnos por teléfono 902 299 299 – 919 019 008 – 944 488 100 – 932 264 249, o contactar a través del formulario de contacto, estaremos encantados de atenderte y realizarte un presupuesto sin compromiso.
