El invierno está a la vuelta de la esquina momento en el cual comenzaremos a encender la calefacción. Ya sea de forma individual o comunitaria si no queremos sorpresas y aprovechar sus propiedades al 100%, siempre es recomendable hacer unas labores de mantenimiento de radiadores. De esta forma nos aseguraremos de su perfecto estado y no tendremos problemas de averías inesperadas.
Por norma general, creemos que purgando los radiadores es una tarea más que suficiente, pero en realidad debería completarse con otro tipo de acciones.
Con este mantenimiento de radiadores, además de asegurarnos de su perfecto estado, alargaremos su vida útil. Asimismo si vemos que alguno presenta un fallo, podremos ponernos en contacto con un profesional para reparar el radiador, aspecto que cuando se enciende la calefacción central puede suponer un problema.
¿Qué mantenimiento se realiza al radiador?
Cuando hablamos de hacer un mantenimiento preventivo de los radiadores, nos referimos a labores sencillas que podemos hacer todos. Son trabajos fáciles que por mucho desconocimiento que tengamos, podemos hacerles frente. De todas maneras, si preferimos confiar en un profesional, él se encargará de este tipo de tareas y otras más específicas donde sí es necesario la mano de un técnico.
Lo primero que tendremos que hacer será una limpieza exhaustiva. Llevan mucho tiempo en desuso por lo que habrán acumulado polvo y suciedad. Existen productos específicos para ello, pero con los productos de limpieza que utilizamos habitualmente es más que suficiente.
Purgar radiadores
Es una tarea que se debe realizar todos los años y siempre antes de que enciendan la calefacción central. Esta labor es necesaria ya que durante las meses de inactividad es habitual que se realicen diversas trabajos de mantenimiento de la caldera. Tras estas revisiones/reparaciones se vuelve a llenar de agua la instalación, creándose bolsas de aire. Este aire lo que hará será que nuestros calefactores pierdan eficiencia, por lo que se deben purgar.
Purgar un radiador es relativamente sencillo, solo se debe girar la válvula de purgado y esperar a que salga agua, en este instante el aire almacenado habrá salido. Esta labor deberemos hacerla en cada radiador de nuestro hogar.
Comprobar las fugas en la calefacción
Una de las reparaciones más habituales en este ámbito es cuando el radiador pierde agua. Normalmente esta avería suele aparecer en los juntas o en los tubos de calefacción, repercutiendo en la presión del circuito y en la eficiencia. Si localizas pequeños charcos o manchas de agua, lo más indicado es que te pongas en manos de un profesional.
Controla la presión del circuito
Una vez realizado el purgado, deberemos comprobar la presión de la caldera. Es posible que haya caído por lo tendremos que comprobar este aspecto. Es importante que se encuentre entre los 1 y 2 bares. En caso de pérdida de agua, habrá que ponerse en contacto con un técnico para una revisión profesional.
Realizando estas simples tareas de mantenimiento en los radiadores, te aseguramos que tu instalación funcionará de manera correcta. Podrás aprovechar todas sus propiedades y que tu vivienda se mantenga caliente los días más fríos en otoño e invierno. De todas formas, si nuestros calefactores están perdiendo eficiencia, es aconsejable cambiarlos por unos más modernos. En el mercado existen diferentes opciones por lo que lo más aconsejable es dejarse asesorar por profesionales.
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