Muchas personas para hacer un lavado de cara a sus hogares, en vez de acometer una reforma deciden pintar vivienda. Más allá de que sea una labor complicada o no, la verdad que es una tarea ardua y en la que se debe ser perfeccionista, garantizando un óptimo resultado. Eso sí, seguramente las paredes ya estarán pintadas de un determinado color, por lo que habrá que ser más delicado. De todas formas para que evites fallos, te damos una serie de pautas sobre cómo pintar una pared ya pintada, para que consigas un excelente resultado.
Dentro de las diferentes opciones existentes, pasar de un color claro a uno oscuro o viceversa, suele ser uno de los motivos por el que queremos cambiar la tonalidad de las paredes.
Los colores oscuros dan más personalidad pero puede que nos cansemos de ellos con el paso de los años. Por otro lado, las tonalidades claras, aportarán más luminosidad, pero serán más proclives a que se noten los arañazos o los pequeños desperfectos que surgen con el paso del tiempo.
Consejos para pintar una pared ya pintada
Antes de pintar una pared ya pintada debemos hacer una serie de trabajos previos a fin de que el resultado sea el más adecuado.
En primer momento se tienen que reparar todas las irregularidades. Desconches, grietas, humedades etc., suelen ser algunos de los problemas más habituales. Tenemos que solventar estas incidencias si queremos obtener un resultado sobresaliente. Las grietas las podemos tapar con masilla, mientas que si tenemos humedades, en el mercado existen pinturas impermeabilizantes para evitar esta incidencia.
Tras este paso, nos toca lijar toda la superficie. Este paso deja el área totalmente lisa y está prepara para que la adherencia de la pintura sea mejor. Por último, no olvides limpiar la pared. Esto sirve para eliminar todo resto de impurezas y polvo que haya podido quedar del lijado.
Ahora sólo queda elegir la pintura y proceder al pintado de la habitación, salón, pasillo etc. Para ello debemos elegir el tipo de pintura y su tonalidad. En el mercado existen dos grandes tipos de pinturas: de temple y plásticas. La pintura al temple ha sido la más utilizada durante décadas. Sus excelentes propiedades y la infinidad de colores existentes son dos de las principales ventajas. Por otro lado, las pinturas plásticas son algo más costosas pero su empleo es mucho más sencillo, y en general es un producto de mayor calidad.
A la hora de pintar una pared pintada, lo ideal es emplear el mismo tipo de pintura, aunque no hay ningún tipo de inconveniente si las cambiamos. Si lo hacemos, lo más recomendable es dar una capa de imprimación antes. De esta forma nos aseguraremos de que la nueva pintura se adhiera correctamente a la antigua. Después, sólo tenemos que seguir las instrucciones del fabricante para obtener un buen resultado.
¿Cómo pintar una pared de blanco sobre un color oscuro?
En algunas ocasiones queremos dar un cambio radical y pasamos de tonalidades oscuras a blancas o al revés. Es un proceso sencillo de hacer y el proceso es el mismo que pintar una pared, lo único que lleva más tiempo y trabajo.
Lo primero que debemos hacer es comprar una pintura de alta cubrición, una pintura de base blanca o de imprimación. Esto hará que el color original se “oculte” y sea más sencillo aplicar la nueva tonalidad. De hecho, es importante que se respeten los tiempos de secado según el fabricante. Una vez seguidos estos pasos, toca aplicar la pintura elegida, como si fuéramos a pintar cualquier pared.
Si has decidido pintar las paredes de tu casa y ya están pintadas, lo más recomendable es confiar en pintores profesionales. Ellos se encargarán de hacer frente a esta labor, brindando un resultado sobresaliente que cubra tus necesidades y dé un lavado de cara a tu hogar.
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